El Gran Hotel de Cartagena es una construcción modernista cuyo proyecto y dirección dirigió el arquitecto Tomás Rico hasta su muerte en 1912. En esa fecha se hace cargo de la obra Víctor Beltrí, nacido en Tortosa (Tarragona) en 1865, añadiéndole un barroco alarde decorativo y una compartimentación de la fachada, característica del modernismo en los edificios altos, que alterna balcones corridos y balcones individuales para evitar la monotonía compositiva de la fachada. Terminado en 1917, se trata de uno de los edificios modernistas más importante de la Región de Murcia. De la obra original sólo se conserva la fachada, ya que el interior fue demolido y rehabilitado para uso de oficinas. Consta de seis plantas, y el exterior está realizado en ladrillo y piedra artificial. Parece que el propio Beltrí modeló los motivos florales que engalanan su fachada. Destaca su cúpula de zinc con la que se corona y realza la esquina en la última planta. ( De Wikipedia y F. Javier Pérez de Rozas).
Utilizo los programas clásicos de retoque y dibujo para encuadrar, limpiar la imagen de objetos molestos -coches, macetas, personas, señales de tráfico- y sobre todo para adecuar las luces según mi idea previa, y en este proceso es fundamental la ayuda que proporciona la traducción del color de la fotografía -o el natural- al gris. Aquí quería que el hotel fuera desvaneciéndose conforme ascendía hacia la luz, y puesto que decidí hacer de él el motivo principal del cuadro, por contraste, oscurcí el resto de las edificaciónes.
Este es el encaje previo. Ya desde el principio quería un suelo potente y oscuro. Si fuera más ordenado, sobre este encaje de líneas debería de haber encajado la luz con el carboncillo. Pero siempre, las ganas por empezar a ver el dibujo surgir con las luces y las sombras del lápiz, me salto esta fase clave para aproximarse al aspecto final.
En esta ocasión no voy a extenderme en el modo y técnica empleada en el dibujo, pues es exactamente igual que el que utilicé para dibujar la calle Sagasta, y del que tenéis una descripción detallada en este mismo blog, en la etiqueta “Isi dibujo de la calle Sagasta Cartagena”. Me extenderé más en temas de fondo, de contenido, de porqué el dibujo ha resultado así y no de otra forma.
Yo no quiero dibujar postales, ni monumentos. Ya hay demasiado material sobre eso. A mi me gusta la ciudad. Por eso he dibujado tanto pavimento y el paisaje urbano que la vista encuentra mientras se pasea por una ciudad. Me gusta incluso el pavimento, como este que muestra las cicatrices que deja el paso del tiempo en la ciudad, como en cualquier ser vivo.
Disfruto ver cómo van surgiendo los volúmenes y las luces. Llevo toda la vida dibujando, pero aún me
sigue fascinando el milagro de transportar sobre una hoja de papel, lo que sucede en el mundo real. Y todo ello con simple lápiz, un carbocillo y una goma de borrar.
A veces aparecen fantasmas y uno no sabe si eso beneficiará al cuadro.
Por encima de todo me atrae el espacio urbano más que lo construido. Me gustan los edificios como elementos maclados en la trama urbana, no aislados, pues son los elementos indispensables para construir ese espacio urbano. Por eso busco paños potentes que encajonen el espacio con rotundidad ayudados por un suelo también muy presente y muy oscuro, muy pesado formalmente, capaz de sostener el peso -también formal- de las edificaciones. En la pintura y más en el dibujo, existe una gravitación mental y visual mediante la cual los tonos oscuros pesan más visualmente y tienden –como un fenómeno gravitatorio semejante al real- a caer hacia el fondo del cuadro; parece que su sitio natural fuera el lado inferior del cuadro. Y al revés, el blanco, la luz, asciende como el aire que no pesa. Así, para un espacio muy construido en el dibujo, que es lo que yo busco, necesito un suelo poderoso, con mucha presencia y oscuro. Ahí tengo la base sobre la que descansan con lógica formal las edificaciones dibujadas. Por el contrario, el que quiera crear tensiones solo tiene que subvertir este orden natural gravitatorio de los tonos. Por cierto, también funciona este campo en cuanto a la profundidad, y esto ya lo descubrieron hace mucho Giorgione y Leonardo; cuanto más alejado del plano del cuadro, más claridad en el dibujo, para provocar esa profundidad. Y al revés, mucha intensidad en el trazo para traer a primer plano los elementos.
Volviendo al discurso del espacio urbano, la dependencia entre la trama urbana y el conjunto edificado a mí me parece inexcusable, y esa íntima relación es beneficiosa para ambos. El Gran Hotel no luciría tanto en una alineación de manzana, en una calle. Su situación en una esquina, en un chaflán, lo revaloriza. Estamos hablando del modo en que se ubica en la trama urbana, en definitiva. El contraste con otras edificaciones de la época más modestas, también le ayudan a destacar por puro contraste formal y de volumen. Un contraste que otras veces resulta negativo; solo hay que ver el “moderno” intruso de la izquierda, del que yo solo he dibujado la esquina, pues me proporcionaba en marco oscuro potente y liso, con el que realzar la matizada luz y el encaje pétreo del Gran Hotel. Como en la pintura, un color o un tono, o una forma son lo que son en función de lo que tengan alrededor. El verde es más verde si al lado tiene un rojo por compañero. El rojo más rojo que he visto nunca, fue un círculo rojo sobre un mar verde de Joan Miró.
Desconozco quié es el autor de esta fotografía. Un la web http://wearecunard.com/tag/cartagena/ no especifican siquiera si tiene o no copyright. Si fuera así la retiraría de inmediato
Además, el arquitecto supo volcarse en el chaflán creando una rótula coronada que le proporciona monumentalidad y belleza. Las otras dos fachadas se engarzan en la rótula y proyectan sobre ella un dinámico movimiento formal que rota al llegar a la esquina y continúa su viaje hasta perderse por las calles que lo envuelven. Esa rotación está perfectamente controlada por el diseño del chaflán. Es difícil ver hoy, en la arquitectura contemporánea, incluso en los buenos, el aprovecamiento formal –y funcional- de las esquinas, de los chaflanes. Parece incluso, que a los arquitectos les incomodan las esquinas y las chaflanes, más que nada porque no es fácil resolverlos.
Se adivina también un gusto latente por la obra bien hecha, como una presencia subterránea que controla permanentemente el proyecto. Y el deseo de ornamentar la ciudad mediante la aportación del propio edificio. Y algo con lo que soñaría cualquier arquitecto de vocación; el disfrute en el proceso de diseño que se deduce del mimo con el que se han tratado todos y cada uno de los elementos del edificio. Está claro que Beltrí y Rico se lo pasaron bien en su mesa de trabajo mientras proyectaron el edificio. Hoy, entre otras cosas, por la espantosa y calamitosa cantidad de normativas de todo tipo y responsabilidades abrumadoras, los arquitectos tienen poco tiempo para dedicarle al dibujo, sea con el ordenador o a la manera antigua, obligadamente más preocupados por el visado colegial y municipal que por el propio proyecto.
En esta web http://gigapan.org/gigapans/26015/ se puede visualizar hasta el más mínimo detalle mediante un zoom estratosférico.
En esta otra http://www.cartagenaantigua.es/Edificios/Edfo.Gran.Hotel.html se almacenan fotos antiguas de calidad, tanto de su exterior como de su interior
Magnífico trabajo Isidoro. Hace poco descubrí tu blog y me parece interesantísimo. No sabes la alegría que me has dado al poner un enlace al gigapan que hice del Gran Hotel.
ResponderEliminarHola JARM; no estaría mal dedicar una entrada al "proceso de fabricación" de un Gigapan, sin desvelar detalles técnicos que pudieran perjudicarte. Como artesano, verás que me intereso por el modo y técnicas utilizadas para representar la ciudad o sus elementos y por ello trato de destacar esa información en el blog. Si te parece podríamos preparar un artículo sobre el tema. Ya me dirás. Un saludo
ResponderEliminarHola Isidoro:
ResponderEliminarEn primer lugar darte la enhorabuena por tu blog y por tu obra. Me encanta. Me lo pongo como uno de mis favoritos.
Un comentario acerca de este blog sobre el Gran Hotel de Cartagena. El enlace que apuntas sobre Cartagena Antigua nos lleva a una página que ha debido de desaparecer.