domingo, 11 de abril de 2010

Isi. Dibujos de ciudades del norte de Portugal y Galicia


Los dibujos que cuelgo en este artículo, están dibujados por mí para la editorial portuguesa Livraría Civilizaçao Editora de Porto (Oporto) en 2004, que los utilizó para la espléndida Guía del Norte de Portugal e Galiza. Sí me gustaría destacar en honor de esa editorial, el esfuerzo por mejorar la edición original de Dorling Kindersley añadiendo nuevos dibujos y rehaciendo textos, convirtiendo el libro en una nueva y supermejorada Guía del Noroeste de la Península. Los derechos sobre las mismas corresponden a esa editora y para su publicación en este blog les he solicitado su autorización. Así pues cualquier consulta o permiso sobre la utilización de cualquiera de ellos, deberan hacerla con esa editora. Aprovecho para mandarle un fortísimo abrazo a Rita y Joana, con las que fue un auténtico placer trabajar, y además en su magnífico pais.

La ciudad de Bragança conserva prácticamente intocada, en lo que se refiere a su estructura general y las construcciones importantes, su Ciudadela, situada en lo alto de la colina de Nossa Senhora do Sardào, un poco distanciada del centro de la ciudad moderna, pero a la que se llega paseando relajadamente en 15 minutos. Se construyó en el siglo XII y fue reforzada en el XIV por D. Joào I.
De las murallas y su adarve, aparte de la Porta de Santo Antonio y su perfecto estado de conservación, destaca la coracha, esa construcción en forma de torreón alargado y hueco, al suroeste del dibujo, destinado a defender la captación de agua para la ciudadela. También está en buen estado.
El Castillo hay que visitarlo, por su confrotable museo situado en la gótica Torre del Homenaje, y por las vistas desde sus almenas, no sólo del paisaje en derredor sino del propio castillo y la ciudadela. También el Domus Municipalis es interesantísimo, pues pasa por ser una de las escasísimas construcciones civiles románicas que se conservan en la Península. Debajo estaba la cisterna de la ciudadela.
Sólo le pongo una pega a la visita: al menos, que yo recuerde, y he estado dos veces, no conozco en su interior una taberna o similar donde tomarse unas cañas y unas tapas. Sería un buen negocio.


Siguiendo la ruta que me marqué para realizar el trabajo llegamos a Chaves -entré por Zamora, así que la primera parada fue Bragança. Su centro histórico es muy modesto y con el tramado de calles actuales trazado a cordel a pesar de que sus orígenes, como núcleo habitado, se remonta a la prehistoria. Todo en esa ciudad respira modestia y relax, desde su Museo Militar en la torre del Homenaje, a sus calles, arquitectura y bares, lo cual está muy bien, pues por 6 o 7 euros te tomas unas cañas y un buen plato de jamón en los bares del centro histórico. El hecho es que, como en muchas otras ocasiones en Portugal, la experiencia de la visita a Chaves, sin grandes elementos o conjuntos histórico-artísticos que recordar, resulta de lo más placentera y relajante, con el eficaz resultado de llevarse mejor con la pareja al final del día -y por ende con uno mismo-, que es de lo que se trata cuando se viaja.


La siguiente ciudad en la ruta hasta Oporto es Guimares, bella ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y de gran importancia histórica en Portugal, pues fue capital del reino cuando en 1139 D. Afonso Henriques la señaló como capital. El corazón de la ciudad histórica es la Praça de Santiago -en el planito, la plaza triangular-, llena de terrazas de bares donde relajarse en un ambiente tradicional de gran homogeneidad arquitectónica. Con más movimiento turístico que Bragança y Chaves, pero sin llegar al agobio de los grandes destinos turísticos, tiene un equipamiento hostelero amplio, para todos los gustos y bolsillos. El castillo de la ciudad, a un paseo del centro, conserva una espléndida torre del homenaje. Según la tradición, aquí nació D. Alfonso, primer rey de Portugal.


La Casa Mateus es un gran edificio barroco situado junto a Vila Real, al sureste de Guimaraes, tras una cerca de mampostería que la oculta a la vista desde la carretera, por lo que conviene ir avisado para no pasarse. Es una casa-palacio barroca que tuvimos la suerte de conocer con detalle, pues fuimos expresamente guiados por una persona que nos llevó, fuera de horarios y recorridos habitualmente abiertos al público, por todas la dependencias del edificio, para poder fotografiar con detalle y poder seccionar posteriormente la casa en el dibujo. En la actualidad está ocupada en parte por los descendientes de su constructor en el siglo XVIII, Antònio José Botelho Mourào, con lo que sólo es visitable parcialmente.
Cuando paseo por casas, palacios, y demás edificios históricos de la aristocracia y la realeza, o simplemente de los poderosos, se revela -además de una colección de objetos y elementos de gran belleza-, la intolerable diferencia de modos de vida entre unos pocos y el resto de las personas, situación que se reproduce en la actualidad. En estos casos, esas personas dejaron un patrimonio que admirar, pues al menos, les dió por gastarse parte de las riquezas de los demás en crear y fomentar la belleza, como unos pequeños Médici. Otros, se las fundieron en comer, beber, cazar y ya sabéis, darle gusto al cuerpo, con lo que a nosotros, ni flores. Con este mitin se me olvidaba citar el jardín, pequeñito pero magnífico, y la tienda de espléndidos vinos rosados de la propia bodega Mateus Rosé.


Braga es una ciudad monumental, con un enorme patrimonio arquitectónico en un centro histórico muy amplio. En aquel momento, hace 7 u 8 años, me recordó a Salamanca por esa calidad y riqueza monumental, aunque no en los tipos y estilos arquitectónicos. Como suele suceder en Portugal con las edificaciones de origen medieval, el antiguo Palacio Episcopal, coronado con almenas, tiene un austero carácter militar. También la catedral, que aunque reformada en el barroco, mantiene aún la reciedumbre, solidez y rotundidad en las proporciones.
En "aquellos tiempos" no existía el Google Maps ni otras herramientas parecidas, de manera que encontrar planos y fotografías aéreas del centro histórico, necesarias para poder dibujar las cubiertas, no era fácil; había que solicitarlas al Ejército portugués y cosas así. Tampoco encontré publicaciones con la documentación adecuada. Así que subimos al piso más alto de la torre que aparece dibujada al nordeste del dibujo, y llamamos a la puerta. Nos abrió una señora a la que le expliqué los apuros por los que pasábamos, y sin dudarlo nos dejó entrar. Desde sus ventanas, tomamos todas las fotos que quisimos de la ciudad que se extendía a sus pies. Desde aquí, otra vez, muchas gracias, señora.



De Oporto tuve que dibujar poco en esta ocasión, sólo la Sé y la Ribera de Gaia. La catedral, la Se, tiene ese inconfundible aspecto de fortaleza que ni siquiera la más fortificada de nuestra catedrales, la de Ávila -o Tuy, alcanzan a tener. Y eso a pesar de las alteraciones barrocas del XVIII. También el interior es robusto y poderoso, sin concesiónes formales de ningún tipo. La sacristía contrasta con todo lo anterior por la delicada decoración pintada sobre los recios muros y bóvedas. El claustro es gótico, luminoso, y engarza la catedral con la Casa do Cabido.
En el exterior, al norte, cobijado por una galería, el muro está forrado por los tradicionales azulejos portugueses tan sutiles y decorativos, como prácticos a la hora de preservar las construciones de la humedad y la lluvia.


Gaia



Castillo San Felipe, En El Ferrol



 Parte del centro histórico de A Coruña



 El maravilloso y buscado juego de plazas en torno a la catedral de Santiago de Compostela.




El conjunto catedralicio incluye el claustro, el edificio del Tesoro, Palacio Episcopal, Cripta, la Capilla de la Corticela, Capilla del Santísimo, el Pórtico de la Gloria y el Pazo románico de Xelmírez.



El archipiélago de las Cíes está incluido en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. En esta web,  http://www.vigoenfotos.com/cies.html  , tenéis todo tipo de información sobre las mismas. La revista inglesa The Guardian eligió una de sus payas, la de Santo Martiño, como la más bella del mundo.




 La personalísima ciuda de Lugo, con sus características cubiertas de pizarra, y el recinto amurallado "romano".





El casco viejo de Pontevedra se conserva extraordinariamente bien gracias a la piedra en la fue construido. Es de modesto tamaño, pero mantiene una unidad ambiental difícil de encontrar en otras ciudades históricas más conocidas de España. Tiene multitud de placitas y espacios urbanos llenos de vida diaria y movida nocturna. Además, desde hace unos años, el ayuntamiento está reurbanizando -peatonalizando fundamentalmente- y potenciando los espacios urbanos de la ciudad mediante un acertado e importante control del tráfico rodado.  Su inmerecido desconocimiento puede atribuirse a la falta de un monumento singular que actúe de reclamo; murallas, catedral, monasterio... No aparece en este conjunto la maravillosa iglesia de Santa María. Imprescindible.
Solo un aspecto negativo; la enciclopédica librería Michelena, un hito cultural en la ciudad,  ha cerrado sus puertas.

7 comentarios:

  1. eres genial dibujando ciudades, soy profe y me gustaría utilizar algunas imágenes para clase

    Gracias por gustazo de ver tu obra!!

    ResponderEliminar
  2. Precioso dibujo del centro histórico de Guimarães. El año pasado estuve ahí de erasmus, ¡que bien lo pasé por esas calles!

    ResponderEliminar
  3. ¡Geniales tus dibujos! ¡Muy bonitos, me han encantado!

    ResponderEliminar
  4. Isidoro, ese dibujo de la catedral de Santiago me ha llegado ahí adentro, es una pasada. Las proporciones del templo, el claustro y las torres yo diría que están clavadas, al igual que las diferentes plataformas de Azabachería y Quintana. Quería contarte que hace apenas unas semanas empezaron las obras de restauración del cimborrio de la catedral y se ha podido documentar lo que ya se creía: que el cimborrio tiene una bóveda estrellada y por encima una cúpula, lo que deja un misterioso espacio entre ambas. Si algún día te da por retocar tu magnífico dibujo, no te olvides de esta sala. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  5. En Bragança, al lado de la iglesia, justo delante de un edificio que es una sala rodeada de ventanas y que parece un hórreo hay un restaurante en el que se puede tomar un café, una cerbeza y mismo un pastel de natas. Supongo, porque yo fui más o menos hace dos años haciendo la ruta contraria (de Chaves a Bragança) que en verano tiene terraza...

    Por cierto... recomendación... la ciudad fronteriza con Cáceres de Marvaô.

    ResponderEliminar
  6. Ah... y detrás de la iglesia también hay una taberna y subiendo por la calle principal en la ciudad fortificada...

    ResponderEliminar
  7. Me encantan los dibujos. Saludos de JyRingenieros

    ResponderEliminar