Nacido en 1971 en Japón, Tsutomu Nihei viaja muy pronto a Estados Unidos donde se licencia en arquitectura en Nueva York. Sin embargo no renuncia a sus raíces y vuelve a Japón para entrar en el mundo del manga. En 1997 inicia la serie Blame¡, que desde entonces se publica regularmente en el mensual Afternoon de la Kôdansha. La serie conoce un gran éxito, y los derechos son rápidamente vendidos en el extranjero.
Tsutomu Nihei trabaja sólo, sin asistentes, con el fin de reproducir plenamente sus ideas, que pasan por conceder la máxima importancia a sus decorados. Están concebidos anárquicamente testimoniando la inmensidad de la locura de los hombres entre otras cosas, y aparecen claramente inspirados por la obra de Giovanni Battista Piranesi (1720-1778) –aunque no es el caso de los dibujos de hoy-, grabador y arquitecto italiano autor de las legendarias estampas de las “Carceri”, también habitadas por desgraciados personajes apabullados por arcos, puentes y torres inmensas, y de cuya influencia no sólo en Tsutomu sino también en Schuiten hablaré en otra próxima entrada de este blog.
Blame¡ 58, página 12. Los dibujos en formato vertical ocupan una página completa del manga. Los sensíblemente cuadrados como este, son viñetas dentro de una página mayor.
En esta ocasión sólo mostraré una selección de dibujos de las entregas 58 y 59 de Blame¡ -salvo el primero, de la entrega 60-, para mí lo mejor de su obra, al menos de lo que conozco hasta ahora, por su calidad, austeridad y pureza casi conceptual, resultándome además absolutamente sorprendente encontrarlas en un manga, y por ello me disculpo ante sus aficionados. Los dibujos Pueden dar una idea equivocada de la serie, pues evidentemente en ese mundo pululan más personajes que los que aparecen en estos dibujos, pero este blog trata de la ciudad y su representación gráfica, y por ello me centro en los escenarios. De hecho, este enorme monstruo inanimado, lúgubre, opresivo, se llama The City, y por entre sus tripas deambula el solitario Killy.
Hasta lo que he leído, todos los expertos destacan, sobre todo, los impresionantes decorados, herencia de su pasado de arquitecto. En mi opinión, la permanente opresión y desasosiego que emerge de esos dibujos, emanan de la colosal dimensión de esa City, y sobre todo, del magistral empleo de la luz, que sólo desvela una parte del escenario, dejando a la inventiva de cada lector completar lo oculto. Esa dimensión inabarcable, pues nunca llegamos a ver su real magnitud, ipso facto provoca un interrogante; quién ha construido ese monstruo y qué extraordinario poder ha de tener quien es capaz de levantar semejante artefacto. Ese poder se adivina omnipotente y además maléfico, pues exactamente eso parece presagiar el tratamiento de la luz con el que Tsutomu lo envuelve; la amenaza es permanente, nada bueno se puede esperar de semejante paisaje.
Hola, habrá forma de contactarse con usted? a mi me encanta BLAME!
ResponderEliminarHola Bo; lamento no contestarte antes. Ha sido por puro despiste y desconocimiento de cómo funciona esto del blog. Hasta hoy no me he percatado que tenía un comentario, el tuyo. Antes que nada y como digo en este artículo, no soy aficionado al manga. Sí lo fuí del cómic hace tiempo, en la época heroica del Víbora, Cimoc, Metal Hurlant, etc. Pero cuando ví los dibujos de Tsutomu me costó creer que eran dibujos de un manga. Cada una de esas páginas como las que cuelgo, merecen colgarse en cualquier galería de prestigio. Y cada vez que las miro, más lo confirmo. Un saludo
ResponderEliminarAUN SIGO LEYENDO ESTE MANGA PERO LAS imagenes que has puesto me han asombrado como no tienes idea!
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ResponderEliminarthelereno