El Bosco mezclaba con extraordinaria habilidad e imaginación, elementos fantásticos y elementos reales, estos últimos con un naturalismo exacerbado. El chamizo en ruinas es un magnífico tratado de cómo se edificaba en la época; barro soportado por un entramado de cañizo, barro y paja para las cubiertas - sistema de cubrición prohibido en muchos lugares por el peligro de incendios- , muros estructurados con puntales y traviesas de madera, y demás detalles constructivos descritos con asombrosa nitidez y precisión técnica.
“Me atrae el espacio urbano más que el construido. Me gustan los edificios como elementos anclados en la trama urbana, pues son indispensables para construir ese espacio urbano… Disfruto viendo cómo van surgiendo los vólumenes y las luces. Llevo toda la vida dibujando, pero aún me sigue fascinando el milagro de transportar sobre una hoja de papel lo que sucede en el mundo real. Y todo ello con un simple lápiz y una goma de borrar”. Isidoro González-Adalid.
miércoles, 10 de marzo de 2010
El Bosco, La Adoración de los Magos, Museo del Prado, Madrid. Cuatro detalles deliciosos
La reproducción del cuadro de El Bosco la he tomado de la web del Museo del Prado, la mejor con diferencia de todas las webs museísticas que conozco, tanto en la facilidad para acceder a las obras, como la generosa resolución a la que se pueden descargar. Solo el Rijksmuseum se le acerca, pero a mucha distancia. Así que les estoy, a quién corresponda, muy agradecido.
El Bosco mezclaba con extraordinaria habilidad e imaginación, elementos fantásticos y elementos reales, estos últimos con un naturalismo exacerbado. El chamizo en ruinas es un magnífico tratado de cómo se edificaba en la época; barro soportado por un entramado de cañizo, barro y paja para las cubiertas - sistema de cubrición prohibido en muchos lugares por el peligro de incendios- , muros estructurados con puntales y traviesas de madera, y demás detalles constructivos descritos con asombrosa nitidez y precisión técnica.
Junto a este edicio absolutamente real, al fondo en el centro, una ciudad fantástica producto de su fastuosa imaginación contrasta con una lejana ciudad que tiene todo el aspecto de ser conocida por él; puerto, nurallas, molinos, torres, iglesia y catedral.
El Bosco mezclaba con extraordinaria habilidad e imaginación, elementos fantásticos y elementos reales, estos últimos con un naturalismo exacerbado. El chamizo en ruinas es un magnífico tratado de cómo se edificaba en la época; barro soportado por un entramado de cañizo, barro y paja para las cubiertas - sistema de cubrición prohibido en muchos lugares por el peligro de incendios- , muros estructurados con puntales y traviesas de madera, y demás detalles constructivos descritos con asombrosa nitidez y precisión técnica.
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